viernes, 6 de julio de 2007

ESTAMOS LOCOS POR CREAR UN AMBIENTE (III PARTE)

Hola buenas!
Me alegra que no te pases por la entrenalga, como tu dices, mis críticas aunque confieso que pagaría por ver como te restriegas el ojete con un monitor (no vale imprimir). Como seguro que ya habrás comprobado acabo de enviarte una sesuda reflexión (tiene cojones) pero el caso es que tuve que abrir el correo otra vez por asunto de chollo y me encontré por casualidad con tu misiva. Una vez leída no me resisto a puntualizarte que si bien tienes razón en que antes de Julio César otro gran megalómano fue Alejandro (quizá la culpa fue mía por no saber escoger el vocablo adecuado) me reconocerás que uno era un caudillo militar, con los huevos como el caballo de Espartero (o de Bucéfalo en este caso), pero un conquistador puro y duro que lo que le iba era guerrear cuanto más mejor y especialmente disfrutó como un gorila pateándole el culo a Darío y el otro era más un político que un guerrero.
Desde luego que cualquiera de los dos eran para echarles de comer aparte sin embargo si tengo que quedarme con alguno me quedaría con Alejandro Magno. El tío iba, se partía la jeta con quien fuera y si ganaba pues de puta madre, sin embargo Julio César siendo también un gran conquistador (si bien conquistó la Galia y no llegó a Britania por una inoportuna tempestad que desarboló su armada, aunque luego cayó) se hizo con el poder gracias a una guerra civil, recuerda el paso del Rubicón y al famosa frase "Alea jacta est", sin contar con los métodos traicioneros y matoneriles con los que se fue asentando en la poltrona imperial. Lo único que lo diferenciaba de otros emperadores y caudillos romanos igual de sátrapas e hijos de puta que él (véase Calígula, Nerón, etc) era su inteligencia, por que otra cosa no pero hay que reconocerle que el tío era listo como el hambre.
Puede que algunos de estos datos no sean todo lo precisos que me gustaría, estoy escribiendo de memoria y las palabras se las lleva el viento pero si te pones muy chulo me obligas a documentarme y, la verdad, no me apetece.
Bueno con las coñas llevo toda la tarde amorrao al ordenata y con las movidas sin hacer. Por cierto, hay otro libro cojonudo que no sé si leiste, "El último Catón" de Matilde Asensi. Los libros de esta tía son todos muy parecidos pero este es especialmente brillante. Si quieres te lo paso que lo debo tener por ahí. Bueno payo cuidate, ya nos escribiremos.
Un abrazo fierilla.
El Manito

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