Hola, que hay!!
Antes de nada me alegro de que te haya gustado la recomendación de El Cartero, de David Byrne. A mí parece un libro (casi un cuento) estupendo, sobre todo por cómo refleja la capacidad del ser humano de creer en los símbolos y de como el protagonista, por el simple hecho de llevar un uniforme "robado" se convierte en el motor de un cambio hacia la socialización en un ambiente totalmente desestructurado.
Por otra parte tu comentario acerca del MOSAD es verdaderamente acertado, es la mejor de las agencias de información y, lo que es más importante todavía, de desinformación. Por lo visto ser los más puteados del globo durante siglos los ha llevado a no andarse por las ramas. Además hay que tener en cuenta que en campos como organización, economía o finanzas a los judíos no hay quien les meta mano. A todo esto, estaba hoy ojeando la prensa y me entero de que en Israel acaban de detener a seis jóvenes neonazis ¡toma ya! Vivir para ver. Estos tíos o tienen un cierto grado de retraso con lo cuál recomendaría el internamiento en un centro psiquiátrico para personas con graves trastornos de personalidad y conducta o son simplemente gilipollas con lo que recomendaría una dosis de jarabe de palo tres veces al día durante no sé... pongamos un año. Además los tíos tenían la intención de celebrar el cumpleaños de Hitler en el Museo del Holocausto de Jerusalem. Hablábamos el otro día de que habíamos perdido la capacidad de sorpresa, como siempre la realidad supera la ficción. Siendo un poco más serios cabe decir que esto no es más que la consecuencia de la ley del Estado de Israel que concede la nacionalidad a cualquiera con raices judías, con tener, por ejemplo, un abuelo judío es suficiente, por lo tanto es normal que se les cuele algún energúmeno de vez en cuando. Por otro lado y buscando una razón un poco más metafísica se puede apuntar que quizás está relacionado con lo machacón que resulta el discurso hebreo del "somos unos probecitos judíos que hemos estado puteados toda la vida, desde los egipcios que nos esclavizaron para hacer pirámides hasta los alemanes que hacía jabón con nuestros cuerpos por eso ahora hacemos nosotros lo mismo con los moritos que quieren poner bombas". En fin... lamentable.
En relación con el tema del MOSAD voy a recomendarte un libro. Se llama "La chica del tambor" escrita por John LeCarré. Trata de una joven actriz europea que el MOSAD recluta para llegar hasta un peligroso terrorista palestino. Sé que la historia de Mata-Hari está muy vista desde lo de Sansón y Dalila pero el libro es bastante interesante por dos razones (a mi modo de ver). Por un lado tenemos la manipulación del MOSAD a todos los niveles y por otro acaba con el prejuicio de los palestinos desharrapados y descerebrados que se ponen un cinturón de TNT y se lían a bombazos en un mercado de Tel-Aviv. He de confesar que John LeCarré no es mi autor favorito pues lo encuentro algo pretencioso intentado dejar bien clarito siempre que el fue espía (aunque tengo leído que de espía no tenía nada) pero el libro es interesante de verdad. Debería de aprender (aunque ahora ya es demasiado viejo) de Graham Greene que siendo espía (este de verdad además) dejó grandes clásicos de la literatura como El Tercer Hombre, inmensa novela de espionaje e inmensa película (así me mates ahora si sé darte más datos sobre el film). Hala, dos recomendaciones en una.
Por hoy basta que me enrollo y no acabo. Seguiremos en contacto. Un abrazo.
Antes de nada me alegro de que te haya gustado la recomendación de El Cartero, de David Byrne. A mí parece un libro (casi un cuento) estupendo, sobre todo por cómo refleja la capacidad del ser humano de creer en los símbolos y de como el protagonista, por el simple hecho de llevar un uniforme "robado" se convierte en el motor de un cambio hacia la socialización en un ambiente totalmente desestructurado.
Por otra parte tu comentario acerca del MOSAD es verdaderamente acertado, es la mejor de las agencias de información y, lo que es más importante todavía, de desinformación. Por lo visto ser los más puteados del globo durante siglos los ha llevado a no andarse por las ramas. Además hay que tener en cuenta que en campos como organización, economía o finanzas a los judíos no hay quien les meta mano. A todo esto, estaba hoy ojeando la prensa y me entero de que en Israel acaban de detener a seis jóvenes neonazis ¡toma ya! Vivir para ver. Estos tíos o tienen un cierto grado de retraso con lo cuál recomendaría el internamiento en un centro psiquiátrico para personas con graves trastornos de personalidad y conducta o son simplemente gilipollas con lo que recomendaría una dosis de jarabe de palo tres veces al día durante no sé... pongamos un año. Además los tíos tenían la intención de celebrar el cumpleaños de Hitler en el Museo del Holocausto de Jerusalem. Hablábamos el otro día de que habíamos perdido la capacidad de sorpresa, como siempre la realidad supera la ficción. Siendo un poco más serios cabe decir que esto no es más que la consecuencia de la ley del Estado de Israel que concede la nacionalidad a cualquiera con raices judías, con tener, por ejemplo, un abuelo judío es suficiente, por lo tanto es normal que se les cuele algún energúmeno de vez en cuando. Por otro lado y buscando una razón un poco más metafísica se puede apuntar que quizás está relacionado con lo machacón que resulta el discurso hebreo del "somos unos probecitos judíos que hemos estado puteados toda la vida, desde los egipcios que nos esclavizaron para hacer pirámides hasta los alemanes que hacía jabón con nuestros cuerpos por eso ahora hacemos nosotros lo mismo con los moritos que quieren poner bombas". En fin... lamentable.
En relación con el tema del MOSAD voy a recomendarte un libro. Se llama "La chica del tambor" escrita por John LeCarré. Trata de una joven actriz europea que el MOSAD recluta para llegar hasta un peligroso terrorista palestino. Sé que la historia de Mata-Hari está muy vista desde lo de Sansón y Dalila pero el libro es bastante interesante por dos razones (a mi modo de ver). Por un lado tenemos la manipulación del MOSAD a todos los niveles y por otro acaba con el prejuicio de los palestinos desharrapados y descerebrados que se ponen un cinturón de TNT y se lían a bombazos en un mercado de Tel-Aviv. He de confesar que John LeCarré no es mi autor favorito pues lo encuentro algo pretencioso intentado dejar bien clarito siempre que el fue espía (aunque tengo leído que de espía no tenía nada) pero el libro es interesante de verdad. Debería de aprender (aunque ahora ya es demasiado viejo) de Graham Greene que siendo espía (este de verdad además) dejó grandes clásicos de la literatura como El Tercer Hombre, inmensa novela de espionaje e inmensa película (así me mates ahora si sé darte más datos sobre el film). Hala, dos recomendaciones en una.
Por hoy basta que me enrollo y no acabo. Seguiremos en contacto. Un abrazo.
El Manito
