jueves, 14 de febrero de 2008

SENDEROS DE COMUNISMO ANCESTRAL

A las buenas.

Ya estamos aquí otra vez. Hoy me gustaría comentarte algo acerca de un artículo que ví en uno de los dominicales que acompañan a la prensa los fines de semana. Se trataba de un reportaje acerca de una tribu que habita en la selva amazónica que tiene varias peculiaridades que, cuando menos, lo invitan a uno a reflexionar. En primer lugar, dicha tribu (lo siento no me acuerdo del nombre) no tiene ningún tipo de organización jeráquica, no hay jefes, los únicos que tienen algo de autoridad son los ancianos pero este poder no es acaparado por ellos sino otorgado por los jóvenes, que comprenden que necesitan de su experiencia. Por otro lado no existe el sentimiento de propiedad, nadie tiene nada suyo sino que los pocos bienes que puedan acumular son repartidos entre todos. Como consecuencia de la inexistencia de la propiedad privada se eliminan los sentimientos de celos y de envidia, pues no hay distinción entre vecinos, pero no hacen como las civilizaciones "desarrolladas" que los reprimen por estar mal vistos, simplemente no los conocen (a mi esto me parece acojonante). La comida, por ejemplo, no tiene por que ser pedida por uno cuando tiene hambre, sencillamente se reparte y punto. Cuando alguien se enfada, en vez de verter sus frustraciones en los demás, voluntariamente se aparta del grupo y reflexiona en soledad hasta que se le pasa el mosqueo. Según lo expuesto estos tíos llevan viviendo en el comunismo más puro antes de que Marx o Engels fueran ni siquiera un cigoto puesto que es una cultura precolombina que lleva miles de años con su forma de vida preservada por la única razón de vivir en un hábitat casi inexpugnable, aunque ya veremos por cuanto tiempo.

A donde yo quiero llegar es que comparando su organización con la nuestra, en cuanto a desarrollo social y educación en habilidades sociales nos dan un repaso. Nosotros hemos llegado a un punto de decadencia en el que endiosamos a una persona por cocinar no se sabe muy lo qué pero como lo vende a precio de oro molido... o a un tío que simplemente es bueno practicando un deporte pero después, en la intimidad somos envidiosos, celosos y mezquinos. Ya sé que aquí pensará todo el mundo: "bueno, puede ser, pero no es mi caso". Error, todos somos así por que la sociedad está construida de tal forma que para que a mí me vaya bien a otro debe irle mal por que necesarimente estamos destinados a competir por los mismos privilegios y si no qué muestra más se puede pedir que el hecho de que la civilización occidental se asiente encima de la pobreza de la mayoría de los habitantes del mundo. Me recuerda mucho a la decadencia que reflejaban directores como Milos Forman en "Amadeus" o Stephen Frears en "Las amistades peligrosas" en las que una persona era capaz de cualquier cosa por una parcelita más de poder y dinero, una decandencia que acabó deviniendo en revolución. En fin... cómo dirían los inefables de Muchachada Nui "se conoce que estoy metafísico últimamente".

Tras el ladrillo anterior paso a recomendar un par de cosillas que, a mi modo de ver, tienen bastante interés y nos harán un poco más libres e infelices. En primer lugar un peliculón dirigido por el genial e inimitable Stanley Kubrick, se trata de "Senderos de gloria", protagonizada por Kirk Douglas (ya sé que no es santo de tu devoción pero has de reconocer que tiene papeles memorables, veáse "Espartaco"). Se trata de la historia de un grupo de soldados franceses sometidos a un consejo de guerra en plena Primera Guerra Mundial. Hablamos de uno de los primeros alegatos antibelicistas de la historia del cine que usa la propia guerra para condenarla, marcando la línea que seguirían después otros directores en las décadas de los 70 y 80. El final merece una reflexión profunda pero no voy a comentar nada por que sería reventar la pélícula con nocturnidad y alevosía y no se lo merece ni la propia cinta ni la persona que se interese por verla.

Por otro lado tengo un libro llamado "El señor de las moscas" del que también hay película pero, a mi modo de ver, no es comparable. Escrita por William Golding allá por los 50. Cuenta la historia de un grupo de niños que naufragan en una isla sin ningún adulto. Podría pensarse que se trata de una novela de aventuras al estilo de "Robinson Crusoe" (muy recomendable también) pero nada más lejos, pues cuenta de forma sutil y amena como se comportaría una masa humana libre de las ataduras sociales y libre de los complejos que arrastran los adultos como consecuencia de la socialización. De hecho viene muy bien en relación con el tema que te propongo hoy.

Nada más, a la espera de tu respuesta recibe un abrazo. Cuidate.
El Manito

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